¿Un colchón natural es mejor que una cama tradicional?

¿Es un colchón natural más costoso que uno común?

¡Tu salud y la del medioambiente tienen la delantera!

 

El día ha terminado cuando abres la puerta del dormitorio y ves la pista de aterrizaje de tu descaso, tu cama, totalmente despejada y esperándote. Ese lugar donde cerramos los días es fundamental para llevar una vida saludable, aunque puedes mejorarla permitiéndote bienestar y protegiendo al medioambiente. Sí, nos referimos a un colchón natural, libre de espumaciones tóxicas. No se trata de su coste, sino de cuál es el colchón que otorga mejores aportes a tu salud y al planeta Tierra.

Los colchones orgánicos destacan por su excelente calidad, durabilidad, sus beneficios terapéuticos y, sobre todo, por su “columna vertebral”: el respeto a los ecosistemas. Te preguntarás: ¿cuánta importancia tiene este último punto? La obtención de la materia prima, su fabricación y su rápida degradación abren paso a una nueva alternativa para el descanso.

Mientras que un colchón natural se descompone rápido, una cama tradicional tarda, al menos, un siglo en degradarse, esto es consecuencia de los materiales con los que está hecha… nada más y nada menos que productos derivados del petróleo. En otras palabras, veneno para todos los seres vivos del planeta, incluyéndonos.

Normalmente, los colchones que ya no queremos terminan en vertederos, esperando ser rescatados del final que se aproxima y del que no son culpables: la contaminación de las aguas y del suelo. La verdad es que no es tan fácil evitarlo porque hablamos de miles y miles de colchones en el mundo, pero sí podemos intervenir de manera preventiva para las próximas generaciones.

 

Quiero un colchón biodegradable

 

¡Detengamos la devastación ambiental!

 

Los expertos alertaron sobre la extinción de un millón de especies de plantas y animales (de las ocho que habitan en el mundo), aunque desde el año 1.500 han desaparecido 680 especies de vertebrados. Otro dato alarmante es el que emitió la Agencia Internacional de Energía en 2016; en su reporte mundial informó que 18 mil personas mueren a diario por enfermedades asociadas a la contaminación del aire, superando el VIH y la tuberculosis. ¡Estamos atravesando una emergencia!

Estas cifras anuncian un desastre para la vida del planeta y, en este sentido, el sector industrial ha puesto su empeño en detener la curva contaminante, por lo que está trabajando en una producción más natural y menos dañina para la madre Tierra. Las fábricas de colchones no se quedaron atrás y acataron serias medidas frente a la salud de la Tierra. Su aporte está planteado en momentos de inactividad, en el periodo de sueño.

El terreno del descanso ha trazado un ciclo renovable bastante interesante. En su propuesta green, este ciclo inicia en las plantas y sus bondades curativas, pasando por tu dormitorio y, finalmente, regresando al sitio de donde fue tomada su materia prima; es decir, a la misma naturaleza. La fabricación de un colchón ecológico no representa una tortura para los ecosistemas, puesto que las compañías dedicadas al descanso ecológico, como Lobide, ni siquiera emanan gases en su producción.

En la medida que se explotan inconscientemente los recursos naturales, en esa misma medida perderemos y agotaremos toda fuente de vida que nos genere oxígeno; también alteraríamos el ciclo de vida de la Tierra y afectaríamos la cadena alimenticia. En conclusión, “seríamos instrumentos de nuestra propia destrucción”.

 

Invierte 23 años de tu vida en un colchón natural

 

Un colchón común te ofrece descanso, indiscutiblemente, pero es condicionado; ya que, durante ese tiempo tu cuerpo está expuesto a la inhalación de dióxido de carbono, pegamentos y tejidos sintéticos. Por otro lado, las camas tradicionales tienen una duración de 10 años y, es posible, que pierdan sus cualidades durante ese periodo, haciéndose tan incómodas como dormir sobre un cactus. Adicional a ello, la función de estos colchones es básica y sus características terapéuticas son reducidas. A diferencia de ellos, los colchones naturales son:

  • Adaptables: no producen hundimiento y alivian los puntos de presión en la zona cervical y lumbar del cuerpo.
  • Hipoalargénicos: dadas sus propiedades naturales, estos colchones evitan la aparición de hongos y agentes que puedan interrumpir tu sueño y afectar tu salud.
  • Transpirables: la apertura de sus células ofrece una mejor absorción de la humedad o del sudor, evitando los malos olores y la aparición de moho.
  • Termorreguladores: estas camas se adaptan a la temperatura corporal, haciéndose más frescos si el cuerpo está acalorado o más calentitos cuando la temperatura es muy baja. De acuerdo a su composición, también hallamos colchones orgánicos atérmicos.
  • Restauración ambiental: son elaborados con productos renovables y no contienen compuestos volátiles, promoviendo la restitución de la capa de ozono.

Según estudios realizados en el mercado del descanso, el ser humano pasa alrededor de 23 años de su vida durmiendo, en una medida promedio; por ende, está expuesto a todo lo que forme parte de su sueño. Si el ambiente en el dormitorio es inadecuado, el cuerpo lo asimilará, inconscientemente, y responderá de manera negativa.

 

Un colchón natural: respeto a la biodiversidad desde nuestros sueños 

 

Un colchón natural es la mejor apuesta para tu bienestar, especialmente cuando buscas una cama para un niño o para una persona alérgica. Lo recomendable es que sus dormitorios estén libres de químicos, que puedan desencadenar problemas en su salud.

Dormir es parte del proceso biológico y hacerlo en un espacio perjudicial, en un colchón inapropiado, afecta la calidad del sueño, entonces, ¿qué estamos haciendo? ¿Realmente descansamos? ¡Es tiempo de cambiar! Cuando notamos que un artículo deja de cumplir su propósito, consideramos reemplazarlos por otro con propiedades mucho más útiles y duraderas.

Al inclinarnos por ofertas saludables, los colchones ecológicos adquieren más velocidad que Usain Bolt ante al resto, y se postulan como tu mejor y más completa opción. ¡Y vaya que lo son! Lobide, bajo su concepto de recuperación ambiental, ha diseñado colchones naturales para todas las edades y necesidades, canapés abatibles, ropa de cama orgánica y almohadas ecológicas. Sus productos son 100 % biodegradables y están certificados según la normativa ISO de ecología humana.

Valorar nuestro bienestar es apreciar la vida y la de todo lo que habita a nuestro alrededor, somos piezas esenciales para el equilibrio del planeta Tierra, somos necesarios para reducir el impacto ambiental. ¡Seamos partícipes de la reconstrucción del medioambiente a partir de nuestros sueños! Si tuvieras que colocar en una balanza tu salud y la de tu entorno, o gastar menos en un producto con escasos beneficios y tal vez de poca duración, ¿qué preferirías?

 

Prefiero un colchón saludable

 

La vida del planeta Tierra depende de nosotros, ¡transformemos nuestros hábitos! La conciencia ambiental es el futuro de nuestras generaciones.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *