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A decir verdad, el elemento que tiene mayor participación en tu rutina de descanso es la cama y todo lo que gira en torno a ella, es prioridad para alcanzar el bienestar. Hoy, la salud es un tema que nos atañe con mucha más fuerza, por lo que propiciar un ambiente ideal para conservarla es inapelable. En vista de ello y de la onda expansiva pro ambiental, el colchón ecológico certificado ha escalado, posicionándose encima de los tradicionales. ¿El principal motivo? Nuestra salud y la de nuestra familia.
Bajo la polémica sobre los principios realmente orgánicos de los productos y los componentes con los que son elaborados, te confesamos que los colchones naturales sí lograron sustituir a los compuestos sintéticos de los tradicionales. Muchas personas han puesto en observación la integración de la materia prima con la que son fabricados y, aunque no vienen envueltos en una hoja, estos colchones son prácticamente cosechados. Si tienes dudas sobre cómo es su manufactura, los materiales que se emplean y qué tan green son las camas sigue leyendo…
Fabricación de un colchón ecológico certificado.
Paso 1: la cosecha. ¡No es en broma! En el caso de los productos Lobide, su demanda y reconocimiento en el mercado parte de su concentración orgánica. Nuestro concepto ecológico de descanso nace de las plantaciones de la soja, el árbol de caucho, de algodón, bambú y flores de azahar. Nuestras plantaciones son controladas y minuciosamente seleccionadas, de modo que puedan alcanzar su cometido sin afectar la biodiversidad y conservando su equilibrio.
Paso 2: ¡todos son renovables! Una vez extraídos los compuestos de las plantaciones, surge la selección del catálogo y el destino que tendrá cada uno. Asimismo, planteamos las espumaciones y la tecnología que aplicaremos para recrear una estructura adaptada a las necesidades de quienes descansen en el colchón.
Paso 3: en este paso, los expertos evalúan la pureza de la materia prima y la optimizan, integrando a ella otras sustancias naturales, de acuerdo al tipo de cama que vayamos a diseñar. De manera que, buscamos que la cama sea mucho más saludable y respetuosa con el medioambiente. ¡Y es que somos muy rigurosos! En Lobide optimizamos el descanso aplicando innovación orgánica a cada parte del colchón.
¿Qué sustituimos de una cama común para hacer un colchón ecológico certificado?
Paso 4: el reemplazo. Así es, tras los estudios previos de la materia y su concentración, iniciamos entonces la sustitución de los productos tóxicos pertenecientes a los núcleos de una cama tradicional.
¡Esta es la parte más interesante y lo que nos diferencia del común! Por ejemplo, todos los polioles los cambiamos por la soja, el látex sintético lo hicimos a un lado e integramos un poco más del 85 % de látex natural. De la misma manera, nos desentendimos de los textiles artificiales y le dimos toda la fuerza a la frescura del algodón y del bambú, añadiendo un poco de aceite de nerolí para ganarle más ventajas a vuestros sueños.
¿Y qué pasó con el poliuretano, el nylon, el poliéster o las bobinas de acero?, te preguntarás. Pues… ¡No existen en nuestros materiales! Este contenido clásico de una cama es altamente contaminante y, por consiguiente, de difícil degradación. Tendría que pasar un centenar de años para desaparecerlo, en otras palabras, aunado a que sus ventajas durante su vida útil son de poca duración, su descomposición parece eterna. Sí, has dormido sobre uno de los enemigos más longevos de los ecosistemas.
Más de una docena de espumas naturales.
Paso 5: las espumas. Bien, esta es la etapa de la precisión y de los usos que tendrá cada sustancia orgánica; es decir, aquí definimos hacia dónde irán y qué efecto tendrán. En este orden, en Lobide trabajamos más de 12 tipos espumas naturales, distribuidas para los diferentes tipos de exigencias de nuestros clientes.
En otros términos, nuestra tendencia ecológica está diseñada en espumas para problemas de sudoración, dolores de espalda, sobrepeso, para parejas, para control de olores, para niños, para personas con dificulta de movilidad, con propiedades sedantes o para quienes aman la adaptabilidad y suavidad en su colchón.
Definitivamente, nuestras espumaciones no son integradas sin sentido al fabricar determinados tipos de colchones y por eso hablamos de “sueños exclusivos”. Ocurre que para cada gusto existen beneficios ecológicos que aprovechamos y a esto le sacamos el mayor partido. Por eso, cada perfilación, apertura de células, orden de las espumas o sistema de perforación tienen una razón de estar presente en la estructura de nuestro colchón ecológico.
Colchón ecológico certificado, saludable y amigable con el planeta.
Paso 6: la aprobatoria. Después de elaborar nuestras camas y haber verificado la pureza de su materia prima, viene el aval de que nuestros clientes tendrán un hábito de sueño completamente natural. Para culminar con el proceso de fabricación, en Lobide afinamos los controles de calidad y la certificación de nuestra línea de descanso, ¡esta es la parte del sello! En pro de nuestra misión eco, los colchones y productos Lobide tienen garantía Oeko-Tex, Hygcen y Aitex.
Es cierto que, tras emerger la diversidad de productos naturales –y no tan naturales- en el mercado, los consumidores, preocupados por lo que compran y por el respeto al medioambiente, comenzaron a cuestionar cuán reales u orgánicos son estos artículos, puesto que no basta con que tengan palabras como bio, green o eco. Así que, para poner límites al marketing verde, surgieron normativas a las que debe ceñirse el producto y de esta forma, ser calificados.
En Lobide no tenemos ese problema, porque nuestro stock está aprobado por las normas de ecología humana, dado que su manufactura tiene un corazón 100 % natural. ¿Quieres un reposo duradero y sin ningún tipo de alteración? ¡Acurrúcate en un colchón Lobide!